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FILÓSOFOS

ANDALUCES

 

 

 


Lucio

Anneo Séneca




Biografía:

Fue hijo de Marco Anneo Séneca el Retórico, y nació en Córdoba el año 4 d. de C. Se dedicó a la abogacía, destacando por sus extraordinarias dotes de orador. Hizo destierro en Córcega durante ocho años por motivos aún no suficientemente aclarados y fue nombrado preceptor de Nerón.

Es un filósofo práctico más que un teórico o un sistemático. Se aparta en muchos puntos del estoicismo, aceptando elementos tomados del cinismo y del epicureismo, lo que da por resultado en eclecticismo de carácter moralista preocupado por la filosofía en cuanto ésta significa una enseñanza y un consuelo para la vida. Esto es, en suma, el «senequismo».

Séneca separa el estudio de la naturaleza: la filosofía natural, del estudio de los hombres, la ética: teñida de religiosidad. La ética ha de servir para buscar el consuelo a los males de esta resignación ante el dolor y la muerte.

Se han perdido algunas de sus obras. Escribió nueve tragedias, una sátira contra el emperador Claudio, Apokolokyntosis; escritos sobre ciencias naturales, etc.

Posición Filosófica:

La filosofía de Séneca es fundamentalmente práctica. Sus doctrinas físicas revelan una gran influencia de Poseidonio y un gran conocimiento de la filosofía griega, así como una aguda observación de la naturaleza.

A Séneca le interesa más la filosofía como forma de vida que como especulación teórica, y gira toda ella en torno a la figura del «sabio», del «sofós». Para Séneca la sabiduría y la virtud son la meta de la vida moral, lo único inmortal que tienen los mortales. La sabiduría consistirá según la doctrina estoica en seguir a la naturaleza, dejándose guiar por sus leyes y ejemplos. Y la naturaleza está regida por la razón. Por tanto, obedecer a la naturaleza es obedecer a la razón, y poder de este modo ser feliz. La felicidad de que es capaz el hombre consiste en adaptarse a la naturaleza, y para ello mantener un temple anímico equilibrado que nos deje a salvo de las veleidades de la fortuna y de los impulsos del deseo que oscurecen la libertad. La libertad consiste en la tranquilidad del espíritu, en la imperturbabilidad del ánimo que hace frente al destino, la ataraxia.

Sólo es feliz el que, dejándose guiar por la razón, ha superado los deseos y los temores. La virtud debe desearse por sí misma, no por otra cosa; el premio de la virtud es la misma vida virtuosa y razonable que nos pone al abrigo de las turbaciones. La moral exige extinguir los deseos desordenados, especialmente la ira. El sabio debe esforzarse por mantenerse impávido. No se le exige una insensibilidad, pues perdería su condición humana, pero debe soportar las adversidades. No ha de tratar de reformar el mundo, que tiene sus leyes necesarias, sino procurar adaptarse a sus exigencias.

Séneca traza un programa de heroísmo pasivo, que exige una reforma de la imaginación y de la mente para que no se impresione por el horror de los dolores, la miseria y la muerte. Los hombres deben prestarse auxilio mutuo, vivir en sociedad profesándose afecto y estima. La naturaleza exige el amor de los elementos que la componen. Hacer daño a otro hombre es algo irracional que va contra la misma esencia de la naturaleza.

La muerte no es un bien ni un mal, puesto que es algo inexistente. Sin embargo, puede ser una liberación cuando las circunstancias de la vida condenan al hombre a una esclavitud incompatible con la libertad. Entonces el hombre tiene el camino abierto para dejar la vida. Nada nos fuerza a vivir en la miseria, en la necesidad. «Demos gracias a Dios de que nadie está obligado a permanecer en la vida», dice en una de sus cartas. Séneca propugna, pues, el suicidio en cualquiera de sus formas que él detalla en De ira como una liberación. Sólo ha de temerse lo incierto, pero la muerte viene con necesidad absoluta y nadie se libra de ella. En el caso extremo el sabio sigue siendo dueño de la vida, dejando voluntariamente la vida sin odiarla.

Séneca condena la esclavitud y proclama la igualdad de los hombres; pide que se perdone al enemigo y que se haga el bien a todos; exige el dominio de sí mismo y condena los combates de gladiadores.

Toda esta doctrina respondía a la misma personalidad de Séneca. Vivió una vida dramática. Durante varios años la responsabilidad pública de Séneca fue enorme y de él dependía la suerte de muchas personas. Pretendió llevar a la práctica las doctrinas de los teóricos estoicos; pero al tropezar con la realidad se manchó con sus impurezas. Había en Séneca dos personalidades, muchas veces disociadas y enfrentadas.

El alma es un soplo extremadamente sutil y cálido, spiritus, es una sustancia continua gracias a la cual los cuerpos complejos conservan su unidad. El alma del mundo mantiene también la cohesión de la tierra y sirve de vínculo con el cielo.

En la vida psicológica del hombre se contrapesan el impetus, la pasión y el juicio reflexivo. La inteligencia debe analizar y clarificar las pasiones, despejándolas de todo lo oscuro e irracional. Por eso la virtud consiste en una inteligencia que juzga acertadamente de un modo estable. En este aspecto de las doctrinas senequistas es perceptible el influjo socrático, según el cual el error y el mal coinciden. De hecho esta virtud racional es ahogada y oscurecida por múltiples circunstancias que favorecen la perversión. El placer, el dinero, el orgullo, cosas en sí «indiferentes», puesto que no son bienes, se enseñorean del hombre.

La virtud consistirá en el dominio de la racionalidad; pero dado que el mundo «ya» es racional, la virtud es independiente de toda evolución del mundo y de la sociedad. Séneca excluye toda posibilidad de rebelión y protesta. El bien supremo es la sumisión al orden racional del mundo. Aparte de él, no hay bienes ni males, sino cosas indiferentes. Sólo sobreviven las almas que se han elevado sobre lo bajo de este mundo gracias a la razón. Las demás no han llegado a un grado suficiente de conciencia y no podrán desligarse de lo material.

Séneca rechaza la mitología griega y romana, juzgándola poco digna de la divinidad. El Universo es un conjunto orgánico y debe ser dominado por un solo ser: Dios, Júpiter. Las divinidades no son sino aspectos y caracteres de este ser supremo. La conciencia debe obrar según lo que en cada momento exija de nosotros el orden del Universo. Eso es el Destino. Lo demás es atribuible a la pasión o a la fortuna, al azar.

Séneca no se queda nunca, sin embargo, en un plano de ética teórica o abstracta. Lo que interesa, según él, no son las sutilezas de la lógica ni las profundidades de la física, sino la vida moral. Los tratados de Séneca son cartas o diálogos. Trata de aconsejar, de guiar por el camino del bien, de la razón y de la ascesis, superando lo contingente y azaroso, dominando la pasión y el deseo.

Séneca predica la fraternidad universal y la superación de los límites angostos de la ciudad o la patria. El sabio tiene por patria el Universo y el destierro es un mero cambio de lugar.


 

María

 

Zambrano


 

 

Biografía:

 

María Zambrano (1904-1991)

Las raíces del pensamiento filosófico de María Zambrano brotan del impulso de armonizar metafísica y mística con el fin de proponer la razón poética como solución a la crisis existencial de la década del cuarenta. De ahí que María Zambrano fuera una figura sorprendente e inaudita en los años de la dictadura en España, donde predominaba la censura y la vulgaridad; de ahí que tuviera que vivir un exilio que, en sus propias palabras «ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida, pero que una vez que se conoce, es irrenunciable». Lo cierto es que París, México, Cuba, Roma, y Ginebra son los escenarios geográficos que se inscriben  como testigos directos de la construcción de un legado filosófico muy original y muy personal, pero, ante todo, impensable de haber permanecido la filósofa en España. Sin duda alguna, su legado es el propio de una mujer  valiente, que se atrevió a romper con convencionalismos y permaneció a lo largo de los años contagiando su entusiasmo y su fascinación por el estudio de las más variadas formas de creación. Es indudable que el exilio, produjo un cambio radical en la visión que Zambrano mantenía, primero, respecto a España y Europa y, algo más adelante, respecto al mundo.

Lo cierto es que Zambrano deja una obra donde se conjugan la inteligencia y la sensibilidad, además se acercó a filósofos tan dispares como: Séneca, Heidegger o Nietzsche; escribió, asimismo, sobre creadores de la época clásica como Platón y Sófocles; también lo hizo sobre diferentes autores del mundo hispánico, entre los que ocupan un destacado lugar San Juan de la Cruz y Miguel de Cervantes.

Zambrano instrumentaliza la literatura, de manera que las obras que ella comenta se convierten en textos que son objeto de una reflexión personal, subjetiva y que el lenguaje poético es una manera concreta y específica de establecer una comunicación entre el ser humano y el mundo.

La vuelta a España de Zambrano constituye uno de los acontecimientos cumbre en la vida de la filósofa española. Una energía renovada la impulsa, desde ese momento y hasta su muerte, a volcarse de manera sorprendente en la escritura de numerosos artículos, en las reediciones de obras anteriormente publicadas y, sobre todo, en la continuada convivencia con diferentes figuras del mundo intelectual hispano.

-         Contexto Histórico:

En  siglo XX  podríamos dividirlos en dos contextos:

-Contexto internacional: donde habría q destacar la guerra Rusa-Japonesa debido a la ruptura del pacto de Japón. También la Primera y segunda guerra mundial entre los dos bloques el comunista y el capitalista, con sus consecuencias: la guerra fría.

En el ámbito económico destaca la conquista del espacio, como la creación del armamento nuclear.

 

-Contexto nacional:

Habría q destacar la como hechos importantes la guerra civil española con el triunfo de los nacionalistas y la dictadura del general Franco, lo que supuso el exilio de numerosos autores de la época entre ellos el de María Zambrano.

-         Contexto Filosófico:

Habría que destacar al Filósofo perspectivista  Ortega y Gasset autor contemporáneo de Zambrano el  cual tuvo una gran influencia en muchos autores de la generación del 27.

El perspectivismo es una doctrina filosófica que sostiene que toda percepción e ideación es subjetiva. La perspectiva es la forma que adopta la realidad para el individuo. Para llegar a la verdad absoluta habría que sumar todas las perspectivas  individuales. Esta verdad reside en lo que llamamos Dios.

Posición Filosófica:

-         Filosofía & Poesía:

 Los ensayos que componen el volumen plantean reflexiones sobre las relaciones entre pensamiento y poesía y para ello se remonta a la época clásica, a la escuela de Sócrates y sus discípulos, a los escritos de Platón en la República para encontrar qué verdades se revelan mediante el conocimiento filosófico y qué verdades se revelan mediante el homónimo poético. El enfrentamiento entre filosofía y poesía para los pensadores griegos se explica, según Zambrano, porque mientras el filósofo quiere la unidad, el poeta quiere cada una de las cosas sin restricción ni renuncia alguna, todavía en el presente de la poesía, se puede ver que es una especie de desterrada, que busca un lugar donde plasmarse.

Para explicar la necesidad existencial de la poesía, Zambrano las une con otras disciplinas como la ética, la mística, la metafísica. En el primer supuesto, defiende la inmoralidad de la poesía, pero, por eso mismo, la considera necesaria y elemental para la existencia humana en cuanto a las relaciones entre la mística y la poesía, Zambrano acude a San Juan de la Cruz y a la tradición mística española para confirmar que en la poesía se perpetúa la religión del amor, transformada, ahora en la religión de la poesía.

 

 

-         Seneca:

Séneca es una de las figuras objeto de estudio de María Zambrano, ya que dedicó diferentes ensayos a la interpretación de la vida y la obra de este filósofo hispanorromano. Zambrano encontró en el pensamiento de Séneca la respuesta a sus propios planteamientos metafísicos, así como el consuelo y la explicación personales necesarios para superar la tragedia sufrida junto a los que defendían una España republicana, pero que, debido a las circunstancias adversas, tuvieron que vivir la amargura y la soledad del exilio. En el libro el pensamiento vivo de séneca.

La resistencia de Séneca con respecto al cristianismo es otro de los asuntos que cautiva a Zambrano mientras interpreta la obra del filósofo en el libro el pensamiento vivo de séneca.

Zambrano pretende retomar la tradición filosófica española para rescribirla y reinsertarla en Europa, Séneca le sirve como pretexto para exponer sus planteamientos en torno a la nueva filosofía europea, unos planteamientos que se apoyan en la fe y en la esperanza cristianas.

 

 


Blas

 

Infante


 

 

Biografía:

 

Blas Infante Pérez de Vargas (Casares, Málaga, 5 de julio de 1885 – Sevilla, 11 de agosto de 1936), en 1895 comienza el bachillerato en los Escolapios de Archidona  en 1904 se licencia en derecho en Granada. En 1915 publica su primer libro “Ideal Andaluz”. En 1918  se celebra la Asamblea Regionalista en Ronda, que asume las líneas maestras de la Constitución Federal de Antequera de 1883. Allí proyectan la Bandera y el Escudo de Andalucía. En 1933 a partir de un canto religioso jornalero, con letra del mismo Infante, se estrena el Himno de Andalucía. Izan la Bandera andaluza en diversos ayuntamientos. El 2 de agosto, es detenido y en la madrugada del 10 al 11 de agosto fusilado en la carretera de Sevilla a Carmona.

Político español, considerado oficialmente por el Congreso de los Diputados y el Parlamento de Andalucía como el «Padre de la Patria andaluza», por ser el máximo ideólogo del andalucismo federalista o regionalismo andaluz. Rechaza colaborar con la Dictadura y ésta clausura los Centros Andaluces.

Infante alternó las tareas de notario, historiador, antropólogo, musicólogo, escritor y periodista, además de ser un lector voraz y gran conferenciante. Se editaron catorce obras suyas, aunque llegó a escribir más de tres mil [cita requerida] manuscritos.

La Fundación Centro de Estudios Andaluces de la Junta de Andalucía, adquirió en 2001 la casa de Blas Infante en Coria del Río para convertirla en casa-museo como patrimonio histórico y cultural andaluz. Es homenajeado todos los años en la conmemoración del Día de Andalucía los días 28 de febrero.

 

 

 

 

 

 

 

Posición Filosófica:

 

Blas Infante, nombrado Padre de la Patria Andaluza, es conocido por su aportación al andalucismo, aunque también posee un pensamiento filosófico digno de ser referido.

No obstante, el ideólogo posee también un pensamiento filosófico, subyacente en toda su obra, que no tiene una difusión suficiente.

La Dictadura Pedagógica es, una obra que inevitablemente sorprende al lector habituado al pensamiento del autor. No ya por la confrontación que ofrece con la dictadura del proletariado y la dictadura de la burguesía, a las que opone la dictadura pedagógica, sino por el cuerpo filosófico que se desprende de la misma.

Infante rebate el determinismo histórico esgrimido por Marx: “La Revolución debe ser la Providencia de la historia, y no ésta la Providencia de la Revolución”; y argumenta en contra de la máxima apuntada por Rousseau, que afirma que el hombre es bueno por naturaleza: “La bondad natural de Rousseau no radica en la muchedumbre sino en los espíritus cultivados por la educación”.

 

Y es que Infante formula lo que podemos llamar cierta teología natural. El Reino de los Cielos existe, pero hay que buscarlo en la Tierra. Es más, la Creación no es un proceso concluido, sino que fluye constantemente. Consiste en que lo mejor de cada uno siga vivo en sus hijos camino de la perfección. “Es el padre el maestro natural del niño”, escribirá.

 

En el mismo sentido, expone su filosofía de la muerte: muere el cuerpo, el alma sigue viva en aquello que hay de nosotros en la Creación. El objetivo es alcanzar la Eternidad por este medio.

 

Todo este pensamiento no ha sido suficientemente difundido, aunque sí es cierto que se deja ver de alguna manera en obras muy nombradas y poco leídas como, por ejemplo, El Ideal Andaluz.

 

 

 

 

 

 

Trabajo realizado por:

Alba Villarejo, José Luis

Campaña Moreno, Alejandro

Figueroa Laz, Ramón

2º Bachillerato “A”

Subido por: Carlos A. González del Pino (administrador)


This entry was posted on 05 mayo, 2009 at 6:18 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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